Acompañar la época de Todos los Santos: los cuentos como semillas

Acompañar la época de Todos los Santos: los cuentos como semillas

La muerte forma parte del ciclo evolutivo natural, es algo inevitable, por lo que todos, antes o después, sufrimos alguna pérdida. Cuando nos toca de cerca atravesamos por una serie de sentimientos tales como la rabia, el desconcierto, la tristeza. 

Nadie suele estar preparado para afrontarla y, en el caso de los niños especialmente, la muerte de un ser querido es un hecho que marca profundamente su biografía.

Acompañarla de la mejor manera posible es un reto nada fácil. Y es que de la muerte hablamos muy poco.

En este post encontrarás contenido inspirador para poder tratar esta época, con sus temas clave, en la escuela o en el hogar.

¡Deseo que te sea muy útil!

 

 

El origen de la tradición

 

Antiguamente, las personas veneraban a sus difuntos y tenían la certeza interior de que, éstos, desde el más allá, cuidaban y protegían sus hogares.

Esta tradición ancestral vino de la mano de la cultura agrícola, ya que las personas se dieron cuenta del poder de la tierra en el proceso de germinación del grano. 

De la misma manera que la fuerza del despertar de la naturaleza en primavera fue inspiración para celebrar las múltiples tradiciones de fecundación, y que las personas asociaron estos ritos al poder del nacimiento y de la regeneración, en este momento de la rueda del año los agricultores se dieron cuenta del poder de la tierra al hacer germinar un grano que, en apariencia, parecía muerto.

Es por esta analogía que también empezaron a pedir a los difuntos, colgados bajo tierra como los granos, que ayudaran en este proceso de hacer renacer lo que creían muerto.

Nuestra actual tradición en la época de Todos los Santos es heredera de estos ritos ancestrales de las personas que vivían en contacto con la tierra, y aunque con diferencias y variantes procedentes de otras culturas y folclores, aún pervive su significado original.

Hace muchos años, las comidas familiares del día de Todos los Santos se llevaban a cabo alrededor de las tumbas de los familiares fallecidos, pues la relación de la muerte con esta época era clave.

En Cataluña, nuestra actual Castañada es herencia directa de esta imaginería, pues las castañas son el fruto de la temporada, y eran el alimento que estas personas comían en las celebraciones de esta fecha. Además, los típicos panellets también provienen de esta tradición, pues son la evolución de los panes que se ofrecían a los muertos para su camino en el más allá. Como anécdota curiosa es remarcable señalar que los ingredientes de los panellets (miel, almendras, piñones, azúcar) no se descomponen, es decir, que duran muchísimo tiempo, pues tenían que asegurarse que no se hicieran malos durante el largo camino hasta el más allá.

 

Recursos e inspiración para acompañar en el aula y en el hogar

 

 

La comprensión profunda del momento en el que estamos:

 

En primer lugar, es importante tener consciencia del momento en el que nos encontramos. Una forma sencilla de explicar el ciclo de las estaciones y los ritmos de la naturaleza es a través del ritmo de la respiración.

De la misma manera que en el movimiento orgánico de la respiración, necesario para la vida, inhalamos y exhalamos, de manera rítmica y continuada, la naturaleza también contrae y expande sus energías, durante el ciclo anual.

De hecho, no solamente lo hace durante el ciclo anual, sino que los ritmos diarios del día y de la noche y del ciclo lunar, son otros buenos y clarificadores ejemplos de ello.

El año completo se compone de dos grandes mitades: la luminosa y la oscura.
En la mitad luminosa, que corresponde al momento de la exhalación, la naturaleza nace, crece y se muestra exuberante (primavera y verano). En la mitad oscura, que corresponde al momento de la inhalación, la naturaleza va muriendo, va volviendo a las raíces para reposar las semillas que, aunque parecen sin vida, esperan bajo tierra para volver a germinar.

La festividad de Todos los Santos se encuentra en la mitad oscura del año, cuando el otoño ya ha llegado y las hojas de los árboles se caen de las ramas y fertilizan el suelo. El árbol de hoja caduca queda pelado, pues es necesario dejar ir todo lo que pesa, para poder "morir" liviano, en el invierno.

La naturaleza nos enseña, con sus ciclos, la sabiduría más profunda de la vida. De la misma manera, las tradiciones que celebramos son herencia de las que antiguamente, los pueblos conectados a los ritmos naturales, crearon. Y los cuentos son una forma maravillosa de acercar a los niños a estas píndolas de sabiduría que, hoy día, muchas veces, nos perdemos entre asfalto y luces artificiales.

Pero, aún viviendo desconectados de estos ritmos, seguimos formando parte de esta naturaleza que inhala y exhala, seguimos respirando, seguimos naciendo y muriendo.

¿Cómo acompañamos, entonces, en una sociedad desconectada de los ritmos naturales, a los niños, en los momentos de muerte y duelo?

El primer paso es conectándoles, de nuevo, con los ritmos del ciclo anual, con la rueda del tiempo. Siendo conscientes de algo tan sencillo estamos preparando su tierra interior para integrar la muerte, en la vida.

Este calendario forma parte del Cuaderno Pedagógico Campanada, número 1. 
Te invitamos a crear un calendario circular como este, o parecido, y dejarlo en la mesa de estación. Ir avanzando, juntos, en la rueda del año, nos ayudará a comprender que todo lo que acaba, volverá, que todo lo que empieza, acabará. Empezaremos a sentir los ritmos adentro y, quizá, si aprovechamos para explicar cómo nos sentimos y qué nos apetece hacer en cada estación, podremos darnos cuenta de que las energías expansivas del verano viven también en nosotros, y las energías inspiradoras del otoño son una gran oportunidad.

 

Las raíces: Sé de dónde vengo, sé quién soy

 

Conocer de dónde venimos nos ayuda a saber quiénes somos. Poner luz a temas silenciados, tabúes, nos ayuda a dejar de temerles.

No se suele hablar de la muerte, de la tristeza, de la rabia, de la impotencia, de la frustración... De hecho, estas emociones son popularmente conocidas como "emociones negativas", expresión que transmite que no es positivo sentirlas, y mucho menos expresarlas.

Este es el tiempo que la naturaleza nos ofrece, a través de la observación y del sentir, para acercarnos a los temas oscuros de la existencia.

Este es el tiempo que podemos aprovechar para empezar a hablar de ello con los niños, de una manera clara pero dulce y respetuosa. Los cuentos son una muy buena herramienta para ello, pues podemos apoyarnos en ellos y dejar que sus imágenes, profundamente cuidadas, lleguen para ir nutriendo los lugares de su interior en los que, en nuestra cultura, no se alimenta.

 

Crear una imagen bella del momento, para la mesa de estación:

 

En el post de la semana pasada te hablé de la mesa de estación. Hoy me gustaría invitarte a añadir, en la mesa, algún objeto o elemento que represente a los antepasados, a aquellas personas del linaje que murieron.

Estos días son perfectos para hablar sobre nuestras raíces, es decir, del lugar del que provenimos. Si eres maestra y preguntas a los niños los nombres de sus abuelos, te sorprenderás viendo que algunos no conocen o no se acuerdan de los de sus bisabuelos. Ni mucho menos los de los tatarabuelos. ¡Cuánta sabiduría de nuestra familia nos perdemos, dejando de hablar de ellos!

¿Y si invitamos a los niños a preguntar a sus familias, los nombres de los abuelos que ya no viven? ¿Y si les pedimos que les cuenten aquello que saben sobre ellos? ¿Dónde nacieron? ¿De qué trabajaban? ¿Qué les gustaba hacer?

Podemos colocar, incluso, un recipiente en la mesa para poder depositar algún recuerdo: una foto, un collar, un pañuelo... ¡Qué ilusión poder compartir con nuestros compañeros aquello que hemos descubierto sobre ellos!

 

Poner luz a la oscuridad:

 

Hacer la vela para la mesa de estación de este tiempo, con los niños, es una forma de hacerles partícipes del ritual del cuento y, además, tiene un valor simbólico muy potente por el hecho de estar, literalmente, poniendo luz al momento en el que hablaremos de lo que, normalmente, no se habla.

Para hacer una vela necesitas una hoja de cera de abeja y hilo de algodón. 

Se trata de pegar el hilo en un extremo de la hoja de cera, con los dedos (con el calor de nuestras manos la cera se deshace un poco y qe pega con facilidad) e ir enrollando con los dedos la hoja de cera, hasta que nos quede como en la imagen.

Una actividad sencilla, que trabaja la motricidad fina y que está llena de significado.

 

El Pack de cuentos para la época de Todos los Santos

La promoción está disponible hasta el 1 de noviembre, a las 23:55h. 

Cuentos que nos acompañan hasta las raíces, lugar al que pertenecemos, y nos anclan, que iluminan los temas claves de la época oscura, la muerte y el duelo, y que nos ofrecen luz para no perdernos en la oscuridad del invierno.

El Pack de Todos los Santos contiene los cuentos para ir hasta las raíces, los que nos transmiten las enseñanzas del momento:


- El cuento "El niño de las estrellas".
- El cuento "Adiós abuela".
- El cuento "Adiós, pequeño amigo".
- El cuento de tradición oral, para la época: "La Gran Babushka" (en PDF), de REGALO.
- El taller "Vivir Samhain con niños" (en vídeo MP4) y la e-Guía que lo acompaña (en PDF), de Casa de Luna, de REGALO.

Aquí lo puedes conseguir.

La promoción está disponible hasta el 1 de noviembre, a las 23:55h. 

 

 

 

PayPal